¡Nos hemos quedado sin palabras! Rihanna se encontraba descansando tranquilamente en un lujoso hotel deLondres cuando se le ocurrió meterse en la sauna para relajarse un rato. La de Barbados se puso enferma al salir de la sala de vapor, ¡su pelo se había quedado hecho un auténtico desastre! Rihanna se puso supernerviosa, se plantó una gorra en la cabeza para no verse el estropicio y llamó urgentemente a su estilista para que acudiera a arreglarle el cabello. El problema es que la estilista estaba en Los Ángeles, ¡por lo que tuvo que coger el primer avión hacia Londres para complacer a la cantante! Y claro, eso le costó una pasta… ¡concretamente 15.000 dólares! Eso sí, Rihanna quedó contentísima con el resultado. ¡Nos parece fatal lo que ha hecho!
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